26 agosto 2011

SOBRE LOS BURGUESES SIGLO XXI

La historia nunca va para atrás, aquellos que pierden terreno difícilmente lo vuelven a recuperar, y si lo recuperan, nunca es por mucho tiempo. Así pasó con la historia de Malvinas, así ocurrió con todos los imperios, como así también con los ideólogos, ideologías y prácticas ideológicas.
Siguiendo un poco los entretenidos hilos de la historia hay una constante que, como otras veces apunté, se cumple inexorablemente, aunque cambien las figuritas y las circunstancias.
En el mundo, antes de la modernidad gobernaba la aristocracia. Hasta que los burgueses, presentados en sociedad como “los populares” los desplazaron con odios, desmanes y vejaciones, en nombre de la libertad. Y, aunque la anquilosada mentalidad aristócrata quiso “restaurar” su poder, tuvieron que conformarse con un lugar más que secundario hasta desaparecer del planeta.
La historia nunca va para atrás.

Pero, como estos burgueses en el fondo eran parecidos -amaban la riqueza y el poder personal y casi nada más-cayeron en lo mismo que los anteriores, en la antipopularidad de sus acciones.

El mundo pasó así a sus manos, se sentían realmente populares (claro que reconocían como sociedad solo al sector al que pertenecían) pero al poco tiempo mostraron verdaderamente lo que eran, antipopulares. Tomaron las riendas del mundo solo para su provecho, todo lo hicieron a su antojo, hasta inventaron filosofías para justificar su accionar. Pero, les duró poco la tranquilad, vinieron los nuevos burgueses, los renegados de su origen, y se presentaron en sociedad como los verdaderos populares, los “reyes” de las clases populares. Estos, desplazaron con odios, desmanes y vejaciones, a los burgueses antipopulares en nombre de la “igualdad” Y, aunque la anquilosada mentalidad de los burgueses antipopulares quisieron “restaurar” su poder, tuvieron que conformarse al fin con un lugar escondido por miedo a represalias discriminatorias, pero como no perdieron sus fortunas el poder lo mantuvieron subterráneamente. Aunque no pudieron nunca más ser lo que eran antes.
La historia nunca va para atrás.
He aquí, que estos “nuevos burgueses populares” demostraron con el tiempo no diferenciarse demasiado de los anteriores, también amaban-y aman- con afán la riqueza y el poder personal, solo que, a modo de bipolaridad, son hacia afuera amantes hasta las lágrimas del desprendimiento material de los ricos, -de los demás- por el pueblo y para el pueblo.

Una de las corrupciones más significativas de la “modernidad”, hoy llamada “progresismo” (para despegarse de su fracaso y mentores, los antipopulares) es la que se hace del lenguaje. Cambiando los significados de las palabras, o ampliándolos tanto que ya dejan de significar lo que son, o enterrando aquellas palabras que destruyen o destruirían su sentir ideológico.

Igualdad, ¿que quiere decir?

Quiere decir, (me dirás) igualdad de oportunidad para todos!! Bien!! Estoy de acuerdo. Pero, esto que quiere decir: ¿que todos tenemos los mismos derechos? ¿o que tenemos todos derecho a todo? ¿o todos derecho a las mismas cosas?.
Tener igualdad de oportunidades ¿es tener derecho a exigir y que me den lo mismo que se le da al otro? ¿Tengo derecho a exigir y que me otorguen ocupar un lugar, o llegar a algo, porque afecta mis sentimientos más profundos? ¿Es materia suficiente un sentimiento, para tener derecho a exigir lo que quiero y me sea otorgado?
Si decimos que no hay derecho, o no tiene derecho, que un analfabeto sea colocado como gerente de Banco, es de sentido común, y que en cambio sí tiene derecho a que se le enseñe a leer y escribir, esto también es de sentido común. La igualdad de oportunidades para todos debe ser entendida, explicada y usada como corresponde, no a la ligera para el discursos fácil y demagógico, para aplastar y pudrir las cosas sanas con montañas de basura. Porque, querer al pueblo y ser populares es promover y elevar el nivel humano de sus integrantes y no solo el mejoramiento circunstancial de su trabajo o economía doméstica, mientras se lo embrutece cada vez más para beneficio propio y del propio ego.
Me dirás que esta es la realidad, y que nada se puede hacer, que hay que aceptar las reglas de juego, que las medidas a largo plazo no se ven a simple vista y no suelen ser populares, y como requiere de la colaboración y continuidad de gobiernos donde la ideas e ingreses propios estén por debajo de los intereses de la Nación, nunca se va dar, porque esta es la realidad y esperar otra cosa es una utopía.
Te digo en respuesta a esto, que, sea como sea, hay otra realidad que no se ve a simple vista, y que la suerte de esta realidad y la de estos burgueses siglo XXI está echada, porque así como cayeron las aristocracias, y cayeron las burguesías antipopulares, caerán también estos, los burgueses populistas, porque el mundo va siempre hacia adelante y a pesar de las miserias humanas va mejorando. La historia nunca va para atrás.

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