30 agosto 2011

SOBRE UNA NUEVA EXPERIENCIA



De los libros se aprenden muchas cosas, pero los libros no son más que letra muerta, que solo se hacen vida cuando las podemos aplicar con buen discernimiento, y obviamente nos dan buenos resultados.
De la propia experiencia no se aprende mucho si no lo cimentamos y complementamos con lo aprendido de experiencias ajenas, experiencias que se encuentran también en los libros. Gran cosa es la experiencia!! pero hay de aquel que solo se vale de ella.

Hace poco un amigo me comento que Raúl Soldi solía decir que las obras tenían que hacer sótano antes de exhibirse.
El año pasado me lancé con todo a mostrar, después de toda una vida de estar guardado, con un vértigo que a mismo me sorprendió. En el contacto con colegas me dijeron muchas cosas, (a quien no le gusta dar consejos) una de esas fue -casi como en coro- que eligiera una temática y una forma determinada de pintar, para que ser fácilmente reconocible (es verdad, el mundo de hoy es demasiado grande gracias a los medios de comunicación que nos permiten conocer todo de todos lados y nos hace sentir cada vez más insignificantes, más chiquitos, generándonos por consecuencia ansias casi desmesuradas de fama.

Tengo que admitirlo que intenté seguir esos consejos, pero no pude. Sinceramente no pude, mí inquietud puedo más, porque, como pájaro que estuvo toda su vida encerrado o como un dique que ya no puede contener las aguas, salí con desmesuradas ansias de querer pintarlo todo, de dibujarlo todo, como se me antojaba en cada caso, sin importarme ni temas, ni temáticas, ni formas, no estilo. Quizás más adelante se pueda dar, y dedicarme a temas y formas más especificas, posarme sobre algo concreto, hoy solo quiero volar, siento que hoy no es el momento.
Y en esta etapa de búsqueda frenética se sumó también querer mostrarlo todo.
Hace un tiempito descubrí facebook, me pareció un medio maravilloso para conectarme y mostrar mis trabajos, tanto fue mi entusiasmo que comencé a hacer amigos a lo loco, hasta que me multaron con cuatro días de inutilización del servicio por solicitar amistades “indiscriminadamente”.
Cuatro días fueron suficientes para caer en la cuenta de mi estupidez. ¿Que estoy haciendo, me pregunté? ¿Que es esto de hacerme de amigos así como sí nada? Comencé dejando un cometarios “muy bueno lo tuyo fulanito!!, después vino la recompensa: “felicitaciones por lo tuyo!!” Y me pregunté: ¿que es esto de tirarnos flores mutuamente? ¿no es esto lo que siempre critiqué?: “entre adulación y adulación todos nos engrandecemos, o mejor dicho “nos creemos grandes.”

No le pido a nadie que cambie, solo te cuento ya que somos amigos en facebook, porque pasé del entusiasmo al fastidio. Porque así como nada es totalmente bueno o totalmente malo en esta vida, no sirve el estimulo sin crecimiento, y creo que solo se ayuda a crecer cuando nuestro comentario, nuestro parecer lo hacemos con ojetividad, no solo con cariño, teniendo en cuenta las luces y las sombras. Y esto en facebook no se puede, primero porque las “correcciones” no se deben hacer en público.

Hoy, esta experiencia me está conduciendo lentamente al mi estado habitual, volver a la paz de la jaula, para salir solo cuando sepa que me aprovechará la salida. Esta nueva experiencia me lleva a pensar que no hace falta mostrar todo. No hace falta estar siempre presente, siempre vigente por miedo al olvido,
que es conveniente mostrar, pero no como si ese fuera el fin de nuestro trabajo, como si ser conocidos fuera a convertirnos en mejores artistas. Es conveniente trabajar en soledad y con paz interior, para madurar como artista y así enriquecer la obra, en un equilibrio sabio entre mostrar y ocultar.
Creo que el artista no necesita reposo, necesita silencio y soledad. Las obras si lo necesitan, como decía Raúl Soldi, reposar en el sótano o en un rincón del taller.

7 comentarios:

Juanito Seed dijo...

sisi va para facebook viejo!!!

Gabriela dijo...

En parte coincido con vos, y en parte no, respecto a tu comentario sobre los libros. Si bien el hombre es tal porque vive y la vida es experiencia, no creo que los libros sean sólo letra muerta. Para mí es letra que incita la imaginación; la "buena letra" puede acercarnos a lugares y momentos maravillosos que de otro modo no podríamos conocer. La ficción nos entretiene, cual película en el cine, con la diferencia que la llevamos adonde vamos y la tenemos siempre a mano. En fin, en mi vida he vivido, he disfrutado y he leído. Y ellos han sido un maravilloso complemento. Tal vez te refieras a libros de opinión o formación, pero toda esa letra se va haciendo también carne en nuestro inconsciente, y si bien no podemos vivir todo lo que leemos, sí nos puede esclarecer, tirarnos la idea salvavidas en el momento necesario. Para mí, ni un extremo ni el otro: Ni la enfermedad fabulosa del Quijote, ni el frío desinterés del coleccionista.

Guillermo Pena dijo...

Graciela, te agradezco tu comentario y especialmente la objeción, porque me da la posibilidad de rever lo pensado, rectificarme o aclarar.

Se plantea algo curioso en lo que decís, porque, si coincidís en parte si y en parte no, debería pasarme lo mismo al revés, si embargo coincido con vos en todo. ¿Donde está la clave entonces?

Creo que no vendría mal ampliar un poco el pensamiento.

Como primera cosa vuelvo sobre el texto completo. “los libros no son más que letra muerta, que solo se hacen vida cuando las podemos aplicar con buen discernimiento, y obviamente nos dan buenos resultados”

Disculpame que empiece con algo muy obvio, los libros como las fotografías, no son la vida, ni son seres vivos. Las fotografías, registran la realidad visible de un instante creando una imagen. Los libros registran la realidad, tanto la visible como la que no es, con conceptos e ideas. Los libros nos pueden hacer vibrar de emoción, enloquecer de alegría, hacernos reír o llorar, o enriquecernos, pero todo eso nos sucede gracias a lo que nosotros tenemos y es propio de nuestro ser, no del libro, algo parecido pasa con la pintura, una obra es algo muerto, que se haga “vida” en todo caso dependerá de quien la contemple.

No se si seguís sin estar de acuerdo, pero creo que vale la pena toda aclaración.

Guillermo Pena dijo...

Gabriela, mi despiste llega a tanto como para cambiarte el nombre, perdón.

Guillermo Pena dijo...

Gracias gordo!!

Gabriela dijo...

Desde éste punto de vista estoy de acuerdo con vos. Pero insisto en algo, en que si bien la letra por sí misma, así como una pintura por sí misma no tienen vida propia y que la chispa vital que adquieran depende de quien la contemple. Pero existe un matiz, y es que toda expresión artística, es decir donde se puso el alma, no sólo depende del que lo lee, sino del que lo escribe o realiza. Es decir, para mí es como si ahí cobraran estas cosas incólumes algo de vida propia, porque dependen de la mano del autor que las plasmó. No es lo mismo leer algo de Kafka que de Croning, así como no es lo mismo observar un Picasso que un Matisse. Toda obra establece un diálogo espiritual entre autor y lector (u observador). Pero la tinta sola y la pintura sola sí, por sí mismas no son entidad. Dependen del genio y espíritu del autor y el lector.
Asimismo la Naturaleza, obra cumbre, me puede hablar de Dios, hasta en la piedra más pequeña.
¡Qué manera de filosofar! Pero está bueno polemizar. Nos ayuda a arrancar las neuronas dormidas por vivir observando como testigos, y nos ayuda a ser protagonistas... ¿no?
Gracias

Guillermo Pena dijo...

Coincido totalmente con vos Gabriela, me parece que hubiese sido mejor así:

“De los libros se aprenden muchas cosas. Pero los libros, desde un punto de vista no son más que letra muerta...

Gracias por tu objeción!!!