24 marzo 2010

CREACION

Redundancias.

Nadie crea nada, solo Dios crea de la nada. Nadie crea su propia riqueza. La riqueza está, solo cambia de mano. La sociabilidad forma parte de la riqueza que cada hombre incorpora a su vida, y a su “ser”. La sociabilidad forma parte de la riqueza del ser del “hombre” en la medida que hace de su riqueza, riqueza de todos. La riqueza hace al “hombre” más hombre cuando hace de su riqueza riqueza de todos.
En la esencia del “hombre” está su cualidad social. No es algo añadido, viene con él. El hombre es un ser social, tan social es el hombre que no podría vivir sin sociedad. Podría tener un techo, podría tener alimento, podría tener para vestirse pero no seria vida, seria sólo un existir.

Su “cualidad” social no garantiza su “calidad” social.
Su “cualidad” social no anula su individualidad,
Su individualidad no anula su “cualidad” social, solo puede anular su “calidad”.

Nuestras riquezas no son esencialmente nuestras, porque no la hemos creado nosotros, la hemos recibido de la sociedad para que las usemos para nuestro bien, no para nuestro mal ni para el mal de los demás. Lo que pensamos es parte de nuestra riqueza, es algo “nuestro” pero de alguna manera es ajeno a nuestro ser, porque nada de lo que pensamos es creación nuestra, la hemos recibido de la sociedad. La vida nos lo ha dado para que las aprovechemos para nuestro bien, pero, para el bien de los demás también, ya que de ellos la hemos recibido.

Nada creamos, todo incorporamos, sin embargo algo hay en nosotros esencialmente nuestro. Tenemos en esencia la capacidad de retener y darle nueva forma a lo adquirido, pero no es creación, es apenas interpretación e inspiración creativa.

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