SENCILLEZ
La impotencia mayor del que tiene vocación pedagógica me parece que debe ser la de ver como caen en el vacío sus palabras por falta de interes de aquellos a los que se dirige.
A veces pienso que las cosas más importantes de la vida, que la podrían entender los niños pequeños por su sencillez, no la llegan a captar por su falta de desarrollo intelectual. Y los jóvenes, que podrían entenderlo porque ya han desarrollo bastante su intelecto, no entienden porque han perdido la sencillez de la niñez, llenándose de prejuicios.
Círculo vituoso / Círculo amoroso
Advertencia: Este texto lo escribí solo para los niños y los que mantienen la sencillez de la niñez.
La consideración frecuente de la grandeza de Dios y de los beneficios que nos brinda nos hace sumamente agradecidos. El agradecimiento nos lleva a amar al benefactor.
El amor al benefactor nos lleva a dolernos por la ingratitud del corazón humano, por las ofensas del ingrato y de nuestra propia ingratitud.
El dolor y el sufrimiento de todos los males, propios y ajenos, nos lleva a un amor especial por el ingrato a quien buscamos ayudar.
Y siendo consciente de nuestra propia ingratitud, nuestro corazón se conmueve aún mas del amor que Dios nos tiene. Este amor compungido nos lleva a pedirle perdón por nuestras faltas.
El pedido de perdón nos lleva a sentirnos perdonados por Dios, que lo sentimos ya como un Ser paternal. Y a gustar de su contención y acogida.
El sentirnos acogidos por el corazón de Dios nos lleva a sentir alivio por el dolor experimentado por la ingratitud. Y nuestro ser interior, nuestra alma, vuelve al principio, llena de felicidad, por experimentar lo que al principio fue un simple ejercicio intelectual: la consideración de grandeza y beneficios divinos.
Al negarle u olvídale, se pierde todo esto.
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