13 noviembre 2009

ATAQUE

Según entiendo y observo:

El bien es incompatible con la violencia, quienes creen buscar un bien con ella son los que compraron la mentirosa máxima liberal “el fin justifica los medios” para justificar los medios ilícitos.
No esta bien juzgar a las personas, porque solo juzga Dios. Juzgar a las personas entiendo que es de una soberbia intolerante. Pero si es lícito y bueno juzgar las conductas y actitudes para aprender a discernir lo bueno y lo malo.
Por ejemplo, tenemos tres alternativas para juzgar la actitud de quien alaba a un mafioso como “persona digna”: no lo conoce, es tonta o mafiosa como el.
Si la persona alabada es muy conocida por la sociedad y conocidos sus negocios y métodos sucios, eliminamos ya la primer alternativa. Si quien lo alaba es conocida como una persona inteligente, nos queda sólo una. Pero hasta aquí podemos llegar, sin dar “sentencia firme”, si no conocemos bien a la persona que lo alaba, o no tenemos evidencias en su contra.

He decidido salir al ataque!  ¿Como se puede entender esta frase?
A simple vista parece intolerante, violenta, sin embargo puede no serlo.

Ante las cosas que se nos presentan cada día y nos agreden, no me cabe duda que podemos adoptar dos posiciones claras, aunque no definidas: o vivimos a la defensiva o pasamos al ataque. Cuando nos instalamos en el campo de uno u otro lado, podemos observar múltiples matices, pero lo definitorio es de que lado nos ubicamos.

Creo que estamos en un momento histórico donde ya no caben medias tintas (en éste sentido) y es necesario que, aquellos que nos repugna la violencia, las mafias, las actitudes necias, pasemos al ataque.
No podemos “tolerar” a los que se llenan la boda de una mal entendida tolerancia, para convencernos de que hay que quedarse en el molde.
No podemos “tolerar” que se llenan la boca de palabras seductoras: “pueblo”, “gobierno popular” “progresista” “dignidad de los trabajadores” “querida Patria” y después como si desdoblaran su personalidad actúan como si fueran otras personas.

Pasemos al ataque.

Pero no me malentiendas, seguí leyendo, no estoy haciendo apología trotskista, todo lo contrario. Es muy fácil modificar el sentido sólo sacando las frases de contexto.

Estoy sosteniendo que es hora de salir de nuestra “casita de cristal” que nos hemos hecho para defendernos -por lo visto el cristal es muy frágil- porque ya hemos comprobado que no da buenos resultados.

Basta de decir “yo no le hago mal a nadie” para justificar nuestra cómoda ubicación en el área chica. Es hora de decidirse por el ataque, hay que salir a hacer el bien. Todo el bien que podamos, poniendo lo máximo. Como decía la Madre Teresa de Calcuta: “hasta que duela”.  Este es el “ataque” al que me refiero: tomar al toro por las astas, pero no para matarlo, sino para contener su descontrol.

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