14 septiembre 2009

VOLUNTARISMO

Según entiendo y observo:

Por lógica es inevitable que aquel que no cree en algo, no sabe tampoco para que sirve. Si Dios no existe para uno, es obvio no esperar nada de él. Pero esperar no es lo mismo que recibir. Y en el caso de existir un Dios misericordioso deberíamos sentir lo que recibimos, aunque no esperemos nada de él. Pero aquí se plantea un problema, si no creemos en el beneficiario, o sea que desconocemos su existencia ¿como vamos a adjudicarle a él el merito de lo recibido?

Si creyéramos en Dios sin realmente existir, seria inútil recibir aunque esperáramos, puesto que no existe. Seria apenas una actitud ilusoria con un destino cierto: la frustración ya que nunca va a llegar lo que esperamos. Pero si detrás de esa ilusión, de la espera de ese “algo” viene “algo” incluso supera lo esperado, por lo menos es digno de sospecha.

Muchos de los que no creen en Dios, suelen creer en el voluntarismo.
No hay indicios históricos de nadie que haya recibido jamás ningún gozo, o beneficio mayor, de la relación imaginaria con un dragón. Pero si hay indicios de voluntaristas, que han colocado a la voluntad a la altura de Dios.
Los “voluntaristas” -ateos o creyentes- son los que creen que con la fuerza de la voluntad se puede todo, no que ellos puedan todo, o que los demás puedan, sino “LA VOLUNTAD”, así con mayúsculas, con espíritu idealista. Como si fuera la “Diosa Voluntad”. Pero como no es Dios, se sienten siempre profanadamente defraudados ante los resultados que esperan.

Cuando descienden al terreno practico, se dan cuenta que la “DIOSA VOLUNTAD” no es mas que una diosa imaginaria. Pero persisten en no reconocer su falta de divinidad, porque se niegan a reconocerse vulnerables y que solos no pueden. Y aunque constatan una y otra vez que necesitan de la ayuda de Dios, porque su voluntad, ni la de los demás, es “divina”. Se niegan a recurrir a tan gran beneficio. Porque se niegan a creer en tal Beneficiario.

La voluntad divina solo se experimenta cuando reconocemos nuestra insignificancia y solo a El le pedimos lo que no logramos acertar.

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