03 septiembre 2009

FAMILIA

Hace un poco mas de un año, casi sin saber porque, comencé a escribir. Pero, al margen de eso, hoy me doy cuenta que escribir me libera de angustias. Creo que es algo así como un diario personal, porque, aunque no cuento casi nunca los motivos que me llevan a escribir, siempre hay algo relacionado con lo vivido ese día o en estos días. Por eso, aunque no le sirva a nadie, escribo.

Cuando comencé, te decía que lo hice sin saber bien porque. Solo tenia una vaga idea, una desdibujada preocupación, una dudosa necesidad, algo o mucho de eso. Pero algo claro: una sensación que me era suficiente, una imperisa necesidad de comunicar lo que tengo adentro. Acepto que siempre tuve cierta dificultad para comunicarme, será por eso que descubrí en el dibujo y la pintura una forma y ahora otra al escribir.
Las causas se fueron definido con el tiempo, como toda idea creativa, primero es el deseo de expresar el “no se que” y después la felicidad del saber el porque del “no se que”.

Hasta ahora, de ese “no se que” inicial, solo descubrí dos causas y dos destinatarios. Una de las causas es la de mostrar, en la medida de mis posibilidades, aquellas cosas que pueden permanecer ocultas en la sociedad a los ojos de algunos, y el destinatario, la juventud de hoy, y la juventud de cada tiempo, ya que el hecho de estar a mano en cualquier computadora conectada a la red puede acceder a leerlo, en cualquier tiempo que sea.

La segunda causa y el segundo destinatario, no contradice las anteriores sino que se suman, es más, creo que es a la inversa, aunque las haya visto después: El sentimiento de impotencia que muchas veces sufro por mis hijos: los primeros destinatarios del blog. Lo mas triste seria que, escriba o no escriba, todo siga igual o peor, porque no lleguen a comprender nunca que no se trata de simples caprichos, sino de los valores mas importantes de la vida.
Lo paradójico de todo esto es que, necesitan estar despiertos para ver la realidad que uno les quiere mostrar, los que duermen no pueden ver ni interesarse por las cosas que están fuera de sus sueños, el dormido no lee.
El que lee es porque le interesa, y si lee es porque no esta dormido, o por lo menos despertando. ¿Como solucionar el problema? ¿Habrá que seguir zarandeando para sacarlos de su sueño profundo? ¿aunque nos liguemos escandalosas rabietas y reproches? No lo se -porque además se junta con nuestras propias malas formas de corregir- pero sea como sea, no es una tarea grata.
Pero seguiré adelante aprendiendo a corregir, y escribiendo, me ilusiona pensar que las deficiencias, son aparentes y pasajeras. Y que en el largo tiempo, pueda lograr los frutos deseados, aunque yo ya no esté para contemplarlo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que no te agradesca en todo momento no quiere decir que no este agradecido.


Orgulloso de tu perseverancia