22 agosto 2009

VIDA

Según entiendo y observo:

Hay una diferencia grande para mí, entre decir que vivimos en “la tierra” o en “el mundo”. Los ecologistas de “la nueva era” gustan de inculcar para las futuras generaciones el concepto de “La tierra” para que se tenga una mayor conciencia del cuidado sobre los recursos naturales que nos corresponderán en el futuro, y no perderlos hoy.
Ven a la tierra como “nuestra casa”, y en ella ven a todos los vegetales y todos los animales que deben se cuidados por el hombre, porque están indefensos ante nuestras barbaridades.

Estoy de acuerdo, pero me sorprende -sin sorprender, porque se de que cabezas proviene la idea- que cuando hablan de cuidar “la tierra” difícilmente hacen mención al hombre como parte de ella. “Imagino” que, una causa es que consideran que “la casa” es algo distinto de quien la habita. Me pregunto: ¿los animales irracionales no la habitan? ¿son parte de la casa?
Y la otra causa -“imagino”- es que no consideran al hombre dentro de la especie indefensa, sino dentro de los considerados: depredadores. Y a estos, no hace falta cuidarlos, porque se cuidan solos.
Me pregunto también: ¿sabrán los ecologistas de la “nueva era”, que hay hombre indefensos en manos de hombres depredadores? ¿Y que necesitan ser cuidados también? No lo se, porque difícilmente los incluyen en las tandas publicitarias. Aunque sospecho que si, solo que cuesta mucho mas que gastar en congresos y propaganda.

El amor es el único valor absoluto para entender todas las cosas, en su ausencia todas las cosas se desnaturalizan. La verdad, el bien, el cuidado de la tierra, y de todos los que estamos en ella, o sea, el cuidado “del mundo” solo se entiende dentro de un contexto de amor absoluto.

La mirada subjetiva, no convierte subjetiva la realidad, ni vuelve subjetiva la verdad. Y sobre el juicio que hacemos sobre nuestras propias miradas subjetivas, mas vale que tengamos éste detalle para no equivocarnos.

Ejemplos:

Se queman una montaña de libros, ante ese espectáculo hay quienes pasan indiferentes y quienes lloran amargamente. Ante la violación de una niña de 12 años, hay quienes se gozan al contemplarlo y hay quienes les repugna el solo pensarlo. Ante el maltrato de una persona por parte de un grupo de patoteros, hay quines miran para otro lado y quienes dan la vida por defenderla, aunque la pierdan en el intento. Ante la mentira y la corrupción, hay quienes solo se quejan cuando les toca sufrirlo y quines se violentan interiormente y hacen algo, para no ser causa de lo mismo.

Un último ejemplo:

Se hipoteca un país o el mundo (no la tierra) sin posibilidades de recuperación, por miserables negocios personales o de grupos. Al contemplar el espectáculo, y no viven como si nada pasara son los que aman su tierra y a su gente o los que ignoran lo que pasa. El que conoce y no sufre y no reacciona es porque le falta amor, éste de un lado o del otro.

Las abismales diferencias subjetivas tiene un denominador común: la mirada enamorada o desamorada. Y el amor absoluto no excluye el amor parcial,-a si mismo, al propio grupo, al propio negocio, al propio futuro-, sino lo completa, orienta, equilibra y le da el mas absoluto sentido. Por el amor de Dios: ¿que nos pasa que no reaccionamos?

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