24 agosto 2009

MIRAR

Según entiendo y observo:

En el fin de la mirada. se encuentra -si pudiéramos seguir su recorrido- el objeto de interés. De alguna manera siempre es el “objeto” quien nos llama a mirarle.
Cuando la vista hace su recorrido obligado, puesto que necesariamente tenemos que ver por donde vamos, solo se detiene ante aquello que nos llama la atención. La mirada, solo calibra los detalles cuando nos interesa y si hacemos un recorrido atento para captar todo el objeto, solo podemos observar con definición de a una cosa por vez. No hay mas que dos opciones: si no estamos atentos, estamos dispersos.

La mente funciona de similar manera, vagamos dispersamente hasta que algo llama nuestra atención, pero no nos llamaría nuestra atención si no estamos inclinados (predispuestos) al objeto que de alguna manera nos cautiva.

Pensar, es la mirada del espíritu, aunque las operaciones mentales las haga el cerebro. Uno no piensa en lo que no le interesa, y el cerebro no actúa sin intimas directivas.
Cuando las circunstancias externas nos obligan a pensar en lo que no estamos dispuestos, por ejemplo, clases de matemática a quien no le gusta la matemática y no esta dispuesto a aprender, la mirada mental se va con mucha facilidad “involuntariamente” hacia el motivo de interés. Por eso, saber que cosas llaman nuestra atención en forma mas recurrente, en que pensamos habitualmente, y cuanto tiempo dedicamos a pensar,
es sumamente necesario para saber como somos. Porque así construimos nuestra vida, y en relación a lo que pensamos, y según lo que pensamos, es la calidad de lo que construimos.

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