05 agosto 2009

BLOG

Este post surge a raíz de la pregunta de un amigo, con quien me une un gran afecto. Un afecto cimentado de dialogo, única forma de poder ser amigo. Dialogo muchas veces escabroso, turbulento, por nuestras profundas diferencias ideológicas, pero con un principio común, no permitirnos, cada uno con sigo mismo, que las ideas jamás atenten contra la amistad, ni con el dialogo.

El sentido del blog tiene como objetivo dar a conocer lo que pienso con la intención de “provocar” la reflexión “de” quien lee, no de provocar “a” quien lee. Pero es real que siempre que hablamos o escribimos tenemos que contar con un elemento que no esta en nuestras manos -además de nuestras propias inaptitudes- y es la de como se interpreta lo que decimos. Incluso lo que no decimos, pero que el otro cree que pensamos.
Basta con que no le de el mismo significado a las palabras o las contemple bajo otros aspectos y contenidos, o estén ubicadas en otro lugar en su escala de valores para que el dialogo se distorsione y no entendernos.

Hoy, creo que es mucha la confusión que hay, que se deriva, entre otras cosas, en una dificultad generalizada para comunicarnos. Me da la impresión que tenemos miedo a dialogar, por miedo al conflicto, y da como resultado el aislamiento en masa. Al no entendernos nos desilusionamos, y preferimos evitar el dialogo por miedo a fracasar y destruir los afectos. Pero de esta manera, mantenemos las relaciones muy lejos de los vínculos afectivos reales, manteniéndonos en el plano de simples cortesías, y amistades tan superficiales como ausentes.

La propia confusión no necesariamente se tiene que sentir, ya que la peor confusión es la de estar seguro de no estarlo, comparable al dicho popular “el peor enfermo es el que cree que no lo esta”.
Yo estoy muy seguro de confundir muchas cosas con otras.

Esto, de no poder entendernos, se agudizó a partir de la nueva torre de babel que se construyo a partir del liberalismo. Y en esta construcción, que lleva ya muchos siglos gran responsabilidad tiene el relativismo.
Este es el tema de la pregunta en cuestión, dice así: ¿me gustaría saber cuales son para vos esos efectos "altamente negativos" que podemos "constatar en la realidad" producidos por el relativismo?

Deberíamos tener presente que de cualquier tema, -especialmente los mas delicados y complejos- no podemos pretender una sola respuesta y concisa que cubra toda la expectativa de un momento, porque de darla, surgirían mas conflictos que claridades. Las respuestas puntuales requieren preguntas puntuales. Un solo punto, un solo aspecto, de una sola realidad.
De esta pregunta, tan general, que abarca tantos aspectos y realidades diferentes, estoy dando respuesta desde hace ya casi un año en el blog, y no creo poder abarcarla, ya que las causas de los aspectos negativos de la cultura actual y sus efectos prácticos “reales” son abundantes y vienen de muy lejos, Pero este tema, columna vertebral del blog espero seguir tratandolo con la misma continuidad.

Seria muy pretencioso de mí parte pretender, (perdón por la redundancia), que alguien lea todo el blog, y relacione el contenido de un post con otro, y con otros, y al compararlos, los considere a la luz de sus propias ideas. Y que se cuestione, y me cuestione lo que le parezca equivocado. Para aprender enseñando y para enseñar aprendiendo. Conseguir esto del lector es algo que no pretendo, ni siquiera espero, pero no dudo por eso del planteamiento. Y aunque escribo sin ninguna pretensión, mantengo viva la esperanza de que alguien encuentre aunque sea alguna reflexión que le pueda servir.

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