16 julio 2009

ALEGRIA

Como vivís será tu alegría.
Todos sabemos, por experiencia propia o ajena, que el primer efecto del alcohol bebido en exceso, es la risa fácil.
La alegría brota desde dentro pero no desde muy dentro, mas bien desde la superficie de nosotros mismos, es un efecto material porque actúa sobre nuestro cuerpo, aunque altere el espíritu. Y esta alegría brota espontánea por cualquier motivo insignificante, que produce un efecto desproporcionado. Entre el motivo y su efecto, la carcajada de un instante.

Los estímulos viciosos suelen ser así:
Desproporcionados, fáciles y rápidos...y producen alegrías tan fugases y superficiales como el efecto de alcohol.
Las alegrías fugaces, son inestables y necesitan siempre un monito de circo exterior para que te divierta, y no resuelve el problema del angustiante y profundo vacío interior. Al contrario, lo acrecienta.

En cambio, los estímulos virtuosos suelen ser todo lo contrario:
Proporcionados, difíciles y lentos... pero la alegría que producen es profunda y duradera, y no necesita mas que lo necesario para ser feliz.
Te toca a vos elegir.

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