17 junio 2009

REALIDEALISMO

Destruidos los cimientos de una sociedad, es muy fácil después corromperla. Los cimientos, se destruyen a partir de dos cosas esenciales: errores de concepto en ideas fundamentales y el tiempo para que hagan su efecto en las mayorías.
Las sociedades las socavan o cimientan las minorías “selectas” y las destruyen o construyen las mayorías ”comunes” con el correr del tiempo.
Siempre es preferible no deslizarse hacia lo fácil, porque el descenso tiene la particularidad de acelerar la caída a medida que se desciende. Por eso, es hoy extremadamente difícil contrarrestar la inercia, y recomponer un estado generalizado de decadencia, pero por otro lado, es imposible cambiarlo si creemos que no se puede hacer nada.

La ideología liberal, al socavar las bases, corrompió las conductas, porque al fomentar lo útil como “lo bueno” y lo inútil como ”lo malo” se ha perdido la noción verdadera de bien y de mal,y hemos perdido lo mas esencial de la condición humana.
Lógicamente, para todos aquellos que no les importa mas que su conveniencia y bienestar personal, que han perdido, o nunca tuvieron, la mas minima preocupación por el otro, estas palabras están totalmente de mas, pero apelo a los que no son así y tienen una vida por delante, para que se movilicen, -primero interiormente-, para no ser, y hacer, mas de lo mismo.

Si crees que es mas sensato pensar que no se puede hacer nada, yo no. Lo que no se puede, es no hacer nada, y sin embargo lo hacemos. Esto es sensato?
No se puede dejar el campo libre, no te olvides que los muchos corruptos de hoy son hijos de los tibios de ayer. Por poco que hagamos por la sociedad, será mas que no hacer nada. Y hacer algo por la sociedad no es salir a romper “vidrieras” “autos” “edificios” y pegarle a la gente, tus hermanos, hacer algo por la sociedad es cambiar esta mentalidad de ventajas sobre el otro, de medir las cosas por “me conviene, no me conviene” sino por “si es bueno o es malo”, “si es verdad o es mentira”, procurando saber bien la diferencia y luchar contra uno mismo por hacer lo correcto.

Llego la hora de las mayorías, pero no solo para dar nuestro voto sino para exigir, tenemos que dejar de tener esta actitud pasiva de esperar todo de arriba y salir solamente cuando nos tocan el bolsillo, prepararnos para exigir, pero antes preparándonos para saber en que, y como. Exigir sin prepararse, es insolencia, exigir sin hacer lo correcto es hipócrita. Dejemos la actitud cómoda y aniñada de quejarnos de todo como victimas inocentes, o como niños malcriados.

No es que piense que somos malos, es que somos comodos, apáticos, desilusionados. Con mayorías apáticas y desilusionadas no se llega a ningún lado. Y no te engañes, es la mejor forma de no cambiar nada y tranquilizar la conciencia detrás del anonimato. Una conciencia que podrás amordazar, adormecer, pero no tranquilizar, porque la naturaleza nunca perdona.

Y no le creas a los teóricos que venden pragmatismo y corrompen la verdad con la “brillante” idea de “Lo importante son los hechos”, "no importan los principios", porque no los hay. Porque" todo cambia, y no hay verdades permanentes”. Los ideólogos del liberalismo lo aplican para todo negocio, y todo es negocio.

No esperes que sea el otro el que empiece a cambiar. Cambiá vos y cambia el mundo. Por lo menos tu pequeño mundo. Y te sentirás feliz, por lo menos, de no ser responsable de tanta irresponsabilidad.

Si no haces, hace. Si ya haces, hace mas. Si no sabes, aprendé, si ya sabes, aprendé mas; si sos bueno, se mejor. Porque, para exigir ser mejor, tenés que ser mejor.

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