01 junio 2009

MISTERIOS

Para mí, el elemento que marca la mayor diferencia intelectual entre los hombres esta en la posición frente al misterio.
Nadie puede dudar que hemos avanzado muchísimo científicamente, pero aún no se ha podido salir de la duda, si el hombre es, o se hace.
El hombre sigue siendo un gran misterio para el hombre. Y da la impresión que cuanto mas se avanza mas se aleja de la posibilidad de abarcarlo, y me da la impresión que cuanto mas avanza, mas se desorienta. Porque sin “algo” que ponga orden a las ideas, el exceso de información termina mareando a cualquiera.

Cuando se empezó a ver la realidad bajo la óptica del pensamiento científico, en contraposición al pensamiento religioso, se creyó haber encontrado la clave, la llave que abriría definitivamente las puertas del misterio.
Según creían muchos, la religión tenia respuestas para todo, por revelación divina como en el caso de las tres religiones monoteístas o por intuición filosófica, como en las antiguas religiones orientales, muchos creyeron que esta visión parcial de la vida era suficiente, y que ella lo abarcaba todo.
Pero la vida demuestra siempre ser mucho mas compleja que las simplificaciones y reducciones de los hombres, porque esas verdades reveladas y esas intuiciones filosóficas, muestran profundas contradicciones según provengan de unos u otros, cosa rara de provenir de un mismo origen divino.

Vuelvo al comienzo: el elemento que marca la mayor diferencia entre los hombres es la posición frente al misterio. En principio, porque el Misterio en su infinitud, ilimitada, no puede ser abarcable por el hombre finito, limitado. Y la pretensión humana de abarcarlo, no es mas que un signo evidente de soberbia.
Lo mas delicado de estas posiciones contrarias, esta en que todavía no han sabido entender los unos y los otros (en su generalidad) por donde pasa la cuestión fundamental.
El error de unos a sido creer que el misterio podía ser abarcado por el hombre de ciencia al evolucionar, y descreer de toda revelación divina, por detenerse en la simplificación de contradicciones accidentales.
Y el error mas delicado por otro lado, es la de pensar que la revelación divina debe ser perfecta, totalmente definida, , completa, clara y sin mezcla de errores humanos.

En la vida debemos tender al ideal, sin olvidar que lo real de la condición humana es imperfecto y lo será siempre, por lo tanto, el ideal siempre será una realidad de alguna manera inabarcable, teniendo en cuenta esto y olvidando por el momento las limitaciones humanas, diría que, si Dios le comunicara todo al hombre y de manera clara y perfecta a nivel de su perfección (de Dios), no habría dudas, ni quien la negara y nadie se hubiese equivocado al buscar ponerla en práctica.
Pero parte esencial de la pedagogía, es enseñar todo lo que se sabe, pero no en relación a la perfección del que enseña, sino del que esta dispuesto a aprender, y sus reales posibilidades.

Dios no puede comunicarnos todo, no por falta propia ya que es omnipotente, y solo lo puede hacer de manera que una mente limitada puede entender: solo lo estrictamente necesario. Algo extremadamente pequeño a la realidad infinita, Y con lo negativo de lo mas básico de alguno de sus mandatos divinos -no matarás, no codiciarás, no desearás la mujer de tu prójimo, no mentirás, no robarás- solo esta determinando el piso desde donde partir y avanzar, con una libertad absoluta pero dentro de la verdad, y así desarrollar todo, especialmente la ciencia.

Lo curioso, y es para mí parte del misterio: ¿podemos ser tan ingenuos o soberbios de pensar que nos iba a dar todo servido?
Está dentro de la lógica, que lo que vale cuesta. Y lo bueno hay que ganarlo.

Pero los hombres, al vernos tan inteligentes, creemos que podemos desarrollar la vida al margen de la verdad, y con la ambición absurda de pensar que somos libres por pensar sin trabas.

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