12 mayo 2009

LOCURA

Nadie puede negar que continuamente no equivocamos.
Nos equivocamos en la elección de un trabajo, o una profesión, en la elección de la esposa o del esposo, en la elección de un amigo. En la practica diaria profesional, nos equivocamos cuando no damos en la tecla con un trabajo, una mala evaluación, un detalle que omitimos en un presupuesto, un mal pronostico. Nos equivocamos al tomar una autopista, al tomar un colectivo, nos equivocamos en la elección de un candidato. En el trato con las personas, nos equivocamos con los hijos, con algún hermano, con un vecino, en fin, no tiene fin.
Pero sin embargo, pareciera que nadie nos equivocamos en la elección de las ideas fundamentales que tomamos para nuestra vida.
¿Puede ser, que en éste terreno, tan delicado y difícil ¿nadie se equivoque?
Nos han enseñado en éste sentido -y lo peor que lo hemos creído-, que cada cual, elija lo que elija, nunca se equivoca. Si los demás, pero nunca uno.
Porque hemos creído, que lo importante no esta en las ideas, sino en nuestra liberad de elegirlas, y es motivo mas que suficiente. Ya que esta libertad, con su características de valor absoluto, todos los demás valores empalidecen ante ella. Y el hecho de que sea buena o mala la elección, es un tema estrictamente personal, que a nadie afectar. Por eso, tampoco nadie tiene derecho a decir, que estoy equivocado.
Un rasgo muy característico de hoy, me parece que es la locura, ya que la mayor confusión del loco es no saber que lo esta. Ni loco y confundido.

2 comentarios:

Guillermo Pena dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Muy buen post. Interesante.

Que no decaiga.

Santino