02 febrero 2009

OBJECIONES

Me parce que una de las mejores cosas que nos puede pasar en la vida es ser corregidos por los demás. Las objeciones, lejos de molestar deberían ser como perlas preciosas que los demás nos regalan gratuitamente. Lo mas duro para mí y creo que para muchos es la indiferencia, hoy muy confundida con otras palabras como aceptación, tolerancia, cortesía o buena educación y en realidad no hacerlo para miedo a herir, a ser odiados, o a pasar un mal momento, encubriendo el peor de los egoísmos, el solapado. Que pasa desapercibido hasta por los mismos que se abstienen.

Corregir

Queda claro que no se trata de pasarse la vida corrigiendo a los demás como si uno fuera una estrella luminosa autorreferencial, y mucho menos corrigiendo haciendo oído sordo de las que recibimos, y pero aún si somos sordos a nuestras propias objeciones. Tampoco se trata de ir por la vida lastimando gente haciendo alarde de sinceridad o autenticidad, porque en realidad estamos mucho mas cerca de la brutalidad que de otra cosa. En esto tengo mucha experiencia, lamentablemente. Aunque debo reconocer, que de lo peor de mí, puedo sacar siempre algo que me sirva para mejorar. Darme cuenta lo torpe que soy, para procurar corregirme una próxima vez, no es poca cosa.

Intención

Es verdad que no todas las objeciones son producto de nuestra necesidad de ayudar o de aprender, a veces las motivaciones son muy distintas, incluso nocivas, tanto para el que las hace como para el que las recibe.

Orgullo

El mayor inconveniente en dar o recibir una ayuda, es tener que lidiar con nuestro orgullo, y aceptar el querer ser ayudado, especialmente al interpretar que el otro supone que necesitamos algo de el.
Para hacer honor a la verdad corresponde contar algo de mis deficiencias, para no dar la sensación de que las ignoro y me creo lo que no soy, o que quiero mostrar solo una cara. Muchas veces, de primera, según el tono de la objeción y según quien me las hace, me molestan y mucho, me caen mal, producto del orgullo enquistado en mi.
Pero vasta un poco de sosiego para verlas con mas objetividad. A pesar de esto, las prefiero infinitamente antes que su ausencia, y de alguna manera prueba casi suficiente de interés de los demás.
A pesar de las molestias que me puedan ocasionar prefiero las objeciones a las ausencias, porque me parece peor ignorar posibles deficiencias, Y porque me permiten pensar con mas rigurosidad (mejor dicho, con mas exactitud, porque la palabra riguroso hoy esta muy devaluada), ademas si creo tener razón y poder darla, la objeción me permiten aclarar mejor lo dicho, si por propia imperfección o limitación no me he expresado bien. Me gustan también porque me permiten ayudar a quien me hace la objeción, ya que quizás incorpore un dato mas a su saber y pueda mejorar su punto de vista. También me gustan porque me estimulan a seguir escribiendo, ya que, aunque escriba “por amor al arte”, no significa que me de lo mismo como se interpelen mis palabras, y la mejor forma de saberlo es que me lo digan.

Agradecimiento

Otros de los motivos, quizás el mas importante para mí, es que me obliga a ser mas responsable y agradecido, tomando una mayor conciencia de cuanto
necesito de los demás.

No hay comentarios.: