10 enero 2011

MAGNANIMIDAD

Yo me acostumbré desde chico al pensamiento que, cuando algo no está bien hay que intentar arreglarlo, menos que eso es mediocridad, y mucho menos que eso es maldad. Y no me conformo con el más o menos, aunque no pase del más o menos.

El mundo necesita de individuos que quieran arreglar la sociedad, pero la sociedad no se arregla con ideas sociales o políticas, sino con ideas sanas. Y también con personas, no ya individuos, que procuren llevarlas a la práctica. ¿Quien puede decir que sabe y puede, sin caer en presunción? Ciertamente nadie, pero no por eso sirve que te escondas cobardemente en el anonimato de los pusilánimes con ese ridículo aire de humildad.

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