31 enero 2011

SOBRE LA MAGIA DEL ARTE

Según entiendo y observo:

El arte tiene algo mágico.
La magia, tal cual todos conocemos tiene mucho de ciencia y de técnica, pero para que la magia se haga realidad necesita de un ser talentoso, para que cosas inconcebibles se hagan realidad.
La habilidad del talentoso mago hace que las cosas que son de uso común y corriente sean vehiculo de algo extraordinario. Podría decir sin temor a equivocarme que no existe habilidad, ni ingenio, ni creatividad, ni arte sin dos tres cosas fundamentales: el estudio, la observación minuciosa, la investigación científica experimental, y una paciente práctica.

El falso arte se queda con lo más fácil, con aquello que pertenece y permanece en la superficie de las cosas, no penetra en ellas ni puede trasmitirlas. Solo piensa que inventar Hay un viejo dicho de sentido común que dice que nadie puede dar lo que no tiene,
El falso artista crea inventando, imaginando incoherencias con mucho más ingenio para la promoción y el negocio que para lo que debería tener como artista. Es artista al fin, pero de otro tenor. . Sobredimensionando una genialidad de la que realmente carecen.

El arte real es mágico, porque comienza a crecer cuando el genial artista da su último toque, ese que ejecuta cuando decide después de casi infinitos ajustes abandonar la obra. El momento justo de su nacimiento, “comienza la magia” y el tiempo será testigo de su crecimiento, a tal punto que quizás después de mucho tiempo se la comience a valorar y a disfrutar.

El falso arte, admirado quizás cuando se hace (comúnmente por el propio autor y el cortejo de aduladores) no pasa la prueba del tiempo -esencial para que la magia del arte se manifieste- agotando cada vez más sus posibilidades de crecimiento y reconocimiento, que, aunque permanezca colgada en las paredes de los museos no pueden sostener más que segundos la mirada atónita de los espectadores, agotando en segundos su paciencia.

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