05 noviembre 2010

INTERIORIDAD

Naturalmente -por lo que experimento interiormente y observo- las personas tenemos la tendencia a vivir metidos en nosotros mismos, a vivir en un continuo monólogos o diálogos interior que solo salimos cuando nos tenemos que ocupar de algo o alguien.
Si estamos de acuerdo en esto, puede ser que observemos lo mismo, que ésta tendencia puede llevarnos a dos caminos contrapuestos: vivir una interioridad intensa, rica, que nos motiva a abrirnos al mundo exterior, a buscar el acercamiento con los demás saliendo de nuestro propio centro o ego, o por el contrario, a encerrarnos cada vez más creando como una capsula que sin salir de ella nunca tomamos de afuera lo que nos sirve exclusivamente para pasar un buen rato, usando de las cosas y las personas según el momento y conveniencia.
Observo que la búsqueda de apertura y acercamiento a los demás no está muy bien vista, quizás por el temor a ser defraudados, muy posiblemente tamben porque nuestra cultura nos formó individualistas, o por simple y llano egoísmo. Pero la realidad práctica por lo menos en la gran mayoría es que si nos abrimos y acercamos a alguien deberá hacerlo el otro primero, salvo que lo que busquemos no sea al otro sino lo que el otro nos pueda dar.
Pero una tendencia natural como puede ser la del egoísmo, no tiene porque ser vista como buena por el solo hecho de ser natural.

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