02 noviembre 2010

REVISIONISMO

Por mucho que se hable sobre como mejorar la realidad social y encaren grandes debates parlamentarios, la única realidad es que las sociedades mejoran o se entorpecen viendo actuar a los de arriba, el hijo aprenderá viendo a su padre, el fiel religioso a su párroco, el soldado a su superior, la hija a su madre, el alumno a su maestro. Si el que hace cabeza desciende un grado, el descenso del sucesor valdrá por dos o más ya que el entorno influye más. Y todos descendemos o ascendemos de alguna manera juntos ¿quien no es hijo de su tiempo?

A veces es más dañino la falta de virtud general que los malos ejemplos evidentes de algunos, aunque provengan de los que hacen cabeza. Si hay algo evidente es, que de lo que no se aprende es de lo que no se ve.

Pero ¿quien puede habla de virtud en una sociedad en franca decadencia sin se tachado de infeliz moralista?

En épocas pasadas -prácticamente una constante en la historia de la humanidad- para compensar las posibles falencias de los ejemplos directos, se enseñaba institucionalmente a las nuevas generaciones las proezas de los grandes hombres, exaltando sus virtudes. Es verdad que con cierta frecuente la exaltación era exagerada, y por el fin de estimular a seguir el ejemplo se escondían sus debilidades como si no fueran seres de carne y hueso, pero el resultado era que generaciones tras generaciones encaraban la vida en un sentido de servicio y entrega a los demás, a la patria, a Dios, a la justicia. Aunque ningún fin bueno justifica mentir, o decir la verdad exageradamente u ocultar ciertas cosas.

La famosa revisón histórica vino con promesas de sinceridad para blanquear las exageraciones y mentiras del pasado, pero curiosamente se exageró para el otro lado, tirando por tierra junto con lo peor lo mejor del pasado y promocionando en su lugar -siempre hay que llenar los huecos- lo más bajo de la condición humana desalentando con esto los valores más nobles.

Me pregunto: ¿reveer para elevar o reveer para achatar?

No puedo saber si fue intencional por la infinidad de individuos que la gestaron, pero siguiendo el hilo de los acontecimientos, tan repetitivos, y sus consecuencias que nada bien nos ha hecho me da la impresión de que si. Además, creo en la presencia e influencia del demonio en el mundo y en la historia, como también la de Dios que lo deja misteriosamente hacer.

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