02 abril 2010

RELACIONES

Ayer envié un mail de saludo por la Semana Santa a los amigos y a la gente de mí confianza. 

En el expuse el motivo: “en agradecimiento a todos por ser como son y porque la conmemoración de estos días lo merece”.

Quiero detenerme en éste “agradecer como son” porque no todos son amigos y no todos son como me gustaría. Y hablando específicamente de mis amigos, porque a algunos les dije alguna vez que me dolía que pensaran de la forma que lo hacen, y que me gustaría que cambien, (entiendo que en nuestra cultura es mala palabra decirle a alguien que tendría que cambiar pero como sostengo, puede haber muchas deformaciones en una cultura).  Entonces, si yo digo que agradezco que sean como son ¿no es una contradicción en mí forma de pensar?   Para mí no, y te digo porque:

Para darte fundamento voy a salir de lo genérico y particularizar en un caso extremo, un amigo que es totalmente distinto a mí, en su forma de ser y de ver la vida, (forma de ser que tiene que ver con “como ve” la vida). Seguramente, más de uno se sentirá identificado.

Tengo mucho que agradecer a éste amigo porque gracias a el, puedo yo, descubrir lo bueno y lo malo, lo lindo y lo feo, lo atractivo, lo destructivo, etc. Lo que me hace bien y lo que me hace mal. Además porque aprecio que se muestre conmigo como es, sin caretas, aunque sepa que yo considero que está equivocado. Además, me enseña a descubrir mis propios errores, las veces que lo prejuzgué, las veces que me exalté, las veces que me alejé de él y el crecimiento que significó en mí emprender el camino de regreso, las veces que tuve que pedirle perdón. Las veces que me mostró que era yo el equivocado...  Por eso a nadie subestimo ni ignoro, y a todos aprecio, y de todos espero y si no podría apreciar absolutamente nada de alguien, podré agradecer por lo menos la posibilidad de comprender hasta el extremo.


1 comentario:

Anónimo dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=bzzsoMyO_VU&feature=related