01 febrero 2010

OBEDIENCIA

Según entiendo y observo:

La obediencia, se ve en la cultura actual como algo malo, como una obligación absoluta determinada por una imposición externa.
Pero, para mí, la obediencia tiene muchos matices que la harían atractiva de tenerse en cuanta y sería de mucho bien para la sociedad.
Como primer cosa, -si no condenas mis primeras palabras con tus prejuicios en caso que los tengas en esta materia y no me condenás por facho y esperás a que pueda darte mí punto de vista leyendo hasta el final- te querría dar mí punto de vista, que no suele esgrimirse comúnmente:

La obediencia es una virtud maravillosa, es una de las tantas forma de respeto, de reconocimiento, que no tiene nada que ver con el servilismo ciego o miedoso a una autoridad, que no tiene porque verse como autoritaria, como si fueran la misma cosa.

En la cultura que vivimos, es tal la distorsión que solo nos quedamos con lo negativo de cada virtud. Es paradójico que esto ocurra en la cultura que se exalta continuamente el ser positivos. Será lo positivo de lo aparente, ya nos gusta tanto aparentar...
Es verdad que cumplir con lo mandado a secas. Sin el aceite reconfortante del amor y el respeto del que manda hacia el mandado es duro y desagradable. Provoca rebeldía y desconformidad. Pero la culpa no la tiene la virtud de la obediencia, sino las limitaciones personales de los que la aplican. Pero también hay que mirar las características de quien debe obedecer, no solo ver al que manda.

El espíritu de obediencia está en la disposición interior de cumplir con lo mandado, pero también con lo solicitado.

¿Me podrías hacer un favor? le dice el papá a su hijo adolescente: cunado te vayas a dormir, ¿podrías poner los teléfonos en la base? Si papá. A la mañana siguiente los teléfonos en cualquir parte. Se olvidó.

Por favor, hoy antes de las once, ya que vas para aquel lado ¿podrías devolver estas películas? Si papá. A otro día las películas quedaron sobre la mesa. Se olvidó.

Hijo, le dice la mamá, ¿me podrías regar todas las tardes estas plantitas de la ventana, en estas semanas que no voy a estar?
-Si mamá.
-Pero no te olvides eh?
-No mamá.
-Mirá que las cuido todo el año con tanto cariñ... -Siii mamaaá!! - Y el calor les hace ma... - Ya te dije que SI MAMA!
A los quince días de nuevo comprar plantitas. Se olvidó de regarlas todas las tardes. Solo se acordó algunas.

Mucha veces odiamos la obediencia porque la sentimos como imposición, pero ¿no será que en el fondo lo que queremos es hacer solo nuestra voluntad -o falta de voluntad- sin que nadie nos moleste?
Quizás nos gusta más que nos sugieran delicadamente solo para que no nos caiga la ficha y poder no cumplir lo que nos piden. ¿es olvido? ¿o despreocupación por los intereses del otro? ¿es olvido, o es egoísmo? ¿es egoismo solo, o falta de amor, en el fondo?
Esto para mi, es consecuencia entre otras cosas de una importante reducción en la interpretación de la libertad que se ha hecho culturalmente, y por reducida interpretación errónea consecuencia.  Una libertad que pareciera estar argumentada para justificar la irresponsabilidad, y con la lamentable consecuencia de no poder contar con quien se debería.
Mirando la otra cara de la moneda, o si se quiere el matiz, con respecto al incumplimiento de estos pequeños servicios familiares, no creo que haya que hacer drama por cosa de tan poca importancia, pero lo que si es verdad para mí, que denota un espíritu, el de no tomarse en serio ciertas cosas porque no parecen importantes, pero que en la suma son una montaña enorme de pequeñas dudas y desconfianzas sobre las respuestas que se esperan de los demás.

No hay comentarios.: