04 febrero 2010

DECENCIA

Ya que estoy hablando de mundos paralelos, sigo un poco más con lo que esta palabra “mundo” me sugiere:

Cuantos mundos entran en el mundo!!
Como vamos a entendernos si se habla en cada uno en distinto “idioma”. Y a la medida del pequeño mundo, empequeñecido aún más por nuestra visón sectaria. Que abismo entre los mundos!! El mundo adolescente del mundo de los ancianos, el mundo de los padres y el mundo de los hijos, el mundo de los que trabajan y el mundo de los que viven de los que trabajan, aunque también trabajen....el mundo de la decencia del mundo de la indecencia.
El mundo de la de...cen...cia...del mundo de la in...de...sen...cia.  Decencia... Indecencia... Que dos mundos!!...tan distintos y tan pegados... tan paralelos y tan perpendiculares, mundos alejadísimos y tan cercanos. Dos mundos que se repelen y no pueden separarse, porque el segundo vive del primero y el primero vive en el segundo. Y el segundo vive de la simulación y la mentira y el primero no puede desprenderse de la atracción del exito material del segundo.
Así fue siempre y simple lo será, tendríamos que dejar de ser seres humanos. Pero no necesariamente deba ser en la misma medida que hoy se vive. Hoy el mundo de la indecencia se ha sobredimensionado, y como el lugar que ocupan es el mismo no cabe otro resultado que el repliegue del mundo de la decencia. Pero nada en la vida es por casualidad y todo tiene explicación, otra cosa es que no la encontremos.

Según entiendo y observo:

El sobre dimensionamiento de la indecencia o el reduccionismo de la decencia se debe a dos causas esenciales, una de ellas es que hace tres siglos se viene insistiendo y fomentando socialmente el despacio a lo que constituye el campo de la decencia auténtica,  aquella que llevó muchos y muchos siglos descubrirla, y solo tres para perderla,  por poner en su lugar una nueva moral. Moral relativa.
Los términos que representan esa decencia “antigua”- según los autodenominados modernos- fueron vapuleados hasta crear la conciencia general de que fueron la causa de los males del mundo.

Términos despreciables según la nueva moral:

Moral antigua
Moral religiosa
Pudor
Culpa
Vergüenza
Dios
Religión
Compromiso
Sacrificio
Obediencia
Rectitud
Corrección
Fidelidad
Pecado
Disciplina
Virginidad
Continencia
Castidad
Humildad
Trabajo
Trabajo domestico de la mujer
Educación de los hijos en la moral “antigua”
Institución matrimonial
Institución religiosa

Honra a Dios
Honra a los padres
Honra a los maestros
Honra a los ancianos
Honra a la autoridad

Todos estos términos, fueron entendidos por los ideólogos de la nueva moral, y así estimulado en la sociedad como parte de una superestructura de fuerzas opresoras. Paradójicamente, cosa curiosa, presente en la organización mundial de estos últimos tres siglos.

¿Como se llega a lograr que toda la humanidad en general desprecie estos términos hasta el puto que provoque indignación, risa, burla o rechazo sistemático?

Muy sencillo: hablando mal de ellos, tergiversando su contenido, diciendo de cada uno su aspecto negativo, marcando los “error prácticos personales de interpretación”, y "ocultando" lo que tiene de bueno y positivo.  Pero, después de todo no actúan más que según los dictados de lo esencial de la nueva moral relativa: “el fin justifica los medios” y si hay que mentir para lograr un fin bienvenido sea.

Por quienes? Por los hombres del poder que con el dinero compran todo lo que pueden.
Quizás esté prejuzgándolos, pero, es muy difícil de entender, por lo menos para mí, la acumulación de poder sin avaricia, y la avaricia sin codicia. Es muy difícil de entender que en un mundo de gente codiciosa, “su mundo”, dueña del poder económico no sea haga dueña de los medios de comunicación y dueño de las políticas, incluso de los políticos. Y los políticos, de las políticas de educación. Y que mejor que una sociedad conformada en el desprecio de una moral definida... que mejor que una moral turbia, difusa, relativa? ¿Que mejor que una sociedad confundida y que cree que el bien es mal y el mal bien? Lo dice el refrán: “a río revuelto ganancia de pescadores”

Pero aquí falta todavía, la otra parte, la otra causa, no le hechos toda la culpa al otro! A los de arriba!

Todo esto ocurriría en mucho menor medida, incluso podría ser a la inversa, que el bien supere al mal si durante estos tres siglos no hubiésemos sido cómplices por acción u omisión del mundo de la indecencia, por nuestras superficialidades y continuas avaricias diarias, en proporción a nuestra capacidad de poder.

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