01 diciembre 2009

DISCRIMINACION

Reemplazar palabras es una de las estrategias de quienes pretenden engañar. Las palabras se reemplazan para que lo que se dice se entienda en un sentido que favorezca a sus intereses... luego, viene aquel que las usa incorrectamente, y aunque no busque engañar, perjudica a todos, favoreciendo la confusión y a los enemigos del bien social.

No necesariamente hacer el mal conlleva consciencia.

Algunos ejemplos de palabras que se usan como sinónimos y no lo son:

Se usa “tolerancia” como “aceptación” y “aceptación” como “aprobación”
Se usa “respetar” como “permitir”
Se usa “comprender” como “justificar”
Se usa “común” en lugar de “normal” y “normal” como “natural” y “natural” como “bueno”
Se usa “bueno” en lugar de “útil” y “malo” en lugar de “desagradable”
Se usa ‘discriminar” en lugar de “reprobar” y “reprobar”... casi no se usa.

El materialismo está emparentado por su reduccionismo con el ateismo. El materialismo ateo es el hilo sutil que une en el liberalismo, a todos los ismos que vinieron después, como el anarquismo y el comunismo. Estas visiones materialistas y ateas -opuestas entre si en su forma- conviven en la cultura del mundo actual y he aquí una de las tantas contradicciones observables.

Hoy el hombre y la mujer común, está a merced de una cultura reduccionista que favorece las cosas mas “bajas” de los hombres y a los mas “bajos” de la sociedad,  discriminando "dejando afuera" todo aquello que lo enoblece.  Para comprobarlo, solo hay que mirar.

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