10 junio 2009

PRIMACIAS

Las sociedades funcionan siempre encolumnadas detrás de una filosofía predominante, viene a ser “Su Cultura”.
En la historia de la humanidad se desarrollaron esencialmente tres Culturas, una que perteneció al Mundo Antiguo, otra al Medioevo y la tercera al Mundo Moderno.
(En el colegio nos enseñaron que el mundo moderno terminó con la revolución francesa, y que después de esta, comenzó la edad contemporánea, para mí esta división es incorrecta, por dos motivos: Uno, porque la revolución francesa no cambió la Cultura, solo sistematizó ideologícamente lo que ya se venia gestando. A lo sumo seria una segunda etapa de la misma Edad Moderna. Y segundo porque el termino Contemporáneo, nos dice mas del momento histórico actual, es decir, cuando pase la Edad Moderna, vendá otra con otro nombre, pero llame como se llame, los “Contemporáneos” serán los que vivan en el momento actual futuro.) En un próximo post, prometo escribir porque considero que son solo tres, pero en éste quiero detenerme en otro aspecto.

Dentro de esta Cultura, a la que todos pertenecemos, hay lógicamente diferencias individuales, pero estas, no modifican en nada de la filosofía social. Queramos o no, somos hijos de nuestro tiempo y vivimos en nosotros los mismos rasgos comunes a todos, aunque critiquemos y nos quejemos de la sociedad en general, o de los que están en el poder. No nos hagamos falsas ilusiones y no seamos tan presuntuosos, que cada unos tenemos nuestras cosas comunes a todos.

Las diferencias de cada Cultura predominante, está básicamente en relación con el concepto que se tenga del hombre, de Dios, y de las “Primacías” (aquellas cosas que se le da prioridad). De estos tres conceptos solo del ultimo voy a halarte hoy.

La primacía de la filosofía liberal esta asentada sobre tres pilares básicos, (dejando de lado por el momento, donde se apoyan los pilares, pero dejo en claro que la base es “la liberación”)

Las prioridades liberales son el Progreso, el Placer y el Bienestar. Lo nefasto de esta trilogía, no esta en la valoración que hacen de cada una de ellas en si misma, sino en darle carácter de “Primacía”. Ya que, en esta cultura, el individuo medio común, mayoría y masa, no sabe como encajar en esto, su responsabilidad social. Ante el bien común, se plantea si vale la pena resignar su progreso personal, su placer y su bienestar por el bien de todos. Esta disyuntiva favorece, alienta y perpetúa la corrupción. Puesto que cada nueva generaron al entrar en el sistema laboral se encuentra condicionada por el terror de excluirse o que lo excluyan del sistema y del status medio que discurre su vida.

Cuando un joven entra en el sistema, aun habiendo tenido una educación familiar sana, con principios morales, incluso con ideales de justicia y solidaridad. (valores tradicionales no esencialmente liberales). Y con buenas condiciones intelectuales, que le permiten proyectarse en cargos ejecutivos o de liderazgo, se encuesta casi necesariamente en algún momento de su carrera ante la tentación de entrar en ese “pequeño negocio” que alguien de arriba le propone, por ejemplo: un negocio chico, ayudarle a evadir un dinero non santo o eludir un impuesto impositivo abusivo. Aún sabiendo que va en contra de sus principios, el joven comienza a plantearse la conveniencia moral de tal propuesta:

Si no lo hago yo, lo hará otro, y no cambia nada.
Si no lo hago, ademas voy a quedar como un estúpido.
Si entro voy a sacar unos pesos sin hacer prácticamente nada, solo inclinarme un poco.
Si no entro voy a quedar relegado para el futuro.
Y la justificación del remate:
Si por mí, se vería obligado a declarar el dinero, saldrían ganado en definitiva los funcionarios del gobierno, que se lo roban todo, en cambio si yo progreso podré cuando éste arriba cambiar el mundo! (y aunque sospecha que eso nunca lo hará, sirvió de momento para decidirse y no sentirse mal). Después de una primera y angustiante vez, las demás serán mas fácil, su consciencia del bien se ira adormeciendo.
Si en lo personal estas en una situación parecida, sabé que te comprendo y no te juzgo, no se que haria yo, ya que, una cosa es hablar cuando se está lejos y otra cuando se viven las mismas circunstancias.

Termino con la famosa farse del liberalismo: “El fin justifica los medios” del tristemente celebre Maquiavelo, y con la frase oculta: “Todo justificación es valida para el progreso, el placer y el bienestar, mío y de mí gente”
Por eso la única forma de que el mundo cambie es a través de la cultura, desde la base social, que la formamos la gran mayoría, hoy espantosamente inactiva, en un proyecto orgánico sin esperar que vengan los que manejan las estructuras del poder para que lo arregle todo, pero sin dejar de insistir para que lo entiendan.

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