15 diciembre 2008

CULTURA

Me parece que la palabra cultura se asocia mas a nivel popular con el arte que con otra cosa. Lo primero que nos suele venir a la cabeza cuando escuchamos esta palabra es el arte literario o el teatro, quizás porque los actores desde la televisión -masivamente adorada- son los que usan esta palabra con mas insistencia.
La cultura es un conocimiento que no pertenece solo a la esfera del arte, ni tampoco se limita a una parte de nosotros mismos como es nuestro intelecto, sino abarca todo el ser. Es un “saber” madurado. Un “darse cuenta” y un “tener en cuenta” del valor e importancia de las cosas en sus dimensiones mas profundas y variadas que se manifiesta en coherencia de vida, en unión equilibrada entre lo que se sabe y lo que se hace. Con la certeza que lo que se sostiene no es falso. Que tiene consciencia de la importancia de la vida y se hace también responsable de su vida en ella.

Consciencia del “Todo”

Tener conciencia del “Todo” no es conocer el “todo” - tarea imposible- es un conocimiento de las partes incluyendo automáticamente la noción del “todo”.
Cada parte de la realidad que conocemos es extremadamente minúscula y parcial en comparación con el “todo”, un “todo” complejo y múltiple -múltiple en cuanto a cantidad de datos y complejo en cuanto a cantidad de relaciones entre esas partes, y entre las “partes” y el “todo”.- en una capacidad de conocer enormemente limitada, (en comparación con lo que podría ser una capacidad ilimitada).

Prudencia

Quien es consciente del “todo” adquiere un grado de prudencia importante al abrir juicios sobre la realidad. La consciencia de lo que desconoce se lo da el conocimiento adquirido, a mayor reflexión y conocimiento mayor lentitud en sacar conclusiones y mas prudencia a la hora de hablar. Al ampliarse el conocimiento se amplia en la persona la consciencia de su ignorancia, al ampliarse la consciencia de su ignorancia se inclina a habar poco y lo justo. Es prudente.

Sabiduría

Por eso la sabiduría, que se alimenta en el silencio interno lleva al silencio externo.

Mala voluntad

No siempre la ignorancia parte de limitaciones intelectuales involuntarias, muchas veces parte de la mala disposición de no querer encontrar la verdad. Porque de verificar las objeciones que su propia consciencia le reclama no tendría mas remedio que reconocer su realidad y cambiar, y es mas fácil buscar justificativos antes que modificar su forma de pensar y de vivir, y eso es lo que –esencialmente- el individuo así, no quieren hacer.

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