24 septiembre 2013

EL ARTISTA, QUE SE CREE GENIO

Me gusta comenzar a escribir con alguna frase “escandalosa”, de esas que enardecen a primera vista
para después empezar a dar explicaciones y desvanecer toda sospecha de rigidez o intolerancia.

Hoy pensé en una -aunque no se si en realidad lo es- que escribiré a continuación:
“El artista que se cree genio, con seguridad no lo es. Y el que lo es, en realidad tampoco lo es”.

Ni uno ni otro lo es, por la sencilla razón de que el genio y la genialidad no les pertenece a ninguno de los dos,
porque es algo que no es propio de ningún ser humano, aunque lo parezca. Es decir, el genio, o la genialidad en un artista, es parte de su ser, pero no es su ser. Es algo que se tiene como cualquier otra cosa,
aunque entre las cosas que se pueden tener, sea ésta una de las más importantes.

El arista no es dueño de su genio, y podríamos decir que es su esclavo si no tuviera esta palabra una connotación negativa. En este caso es muy positiva la relación. Esclavo de un amo que le da todo, pero también le exige todo, por eso de alguna manera lo hace sufrir como los amos hacen sufrir a sus esclavos. Pero el genio es un amo generoso que le da infinitamente más de lo que pide, gracias a ese intercambio de “favores” le hace vivir vibrante y feliz.

Tan es la fuerza de su presencia o ausencia que aquel que quiera ser artista, aunque quiera no podrá si no lo tiene, podrá realizar obras de arte, pero vanas serán sus obras, porque el dueño de la motivación no lo visitó. Su motivación tendrá que venir de otro lado, otros intereses.

El genio viene cuando quiere y se va cuando quiere con sus inspiraciones (por eso es dueño) a veces viene continuamente, a tal punto que deja al artista agotado aunque felicísimo con sus vistas, a veces se instala y otras se va, para que no se envanezca y mostrarle que sin él no puede hacer nada, no vale nada. Podríamos decir que el artista genio no posee ningún genio, es poseído por él.

Por eso creo que es muy estúpida la vanidad en un artista, incluso en un arista genio, como si fuera alguien que se construye a si mismo por propio poder. No hablemos del que se cree artista o genio sin serlo.

Guillermo pena
20 de septiembre de 2013

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