05 julio 2012

ALGO SOBRE EL ENTUSIASMO

Muchas veces oí utilizar el término compuesto por las palabras “vida interior” para aplicarla a la rica intimidad de una persona, y me he pregunto, cuando conozco el actuar de las personas en cuestión, si los que aplican el término tendrán alguna idea de lo que “vida interior” significa.
No voy a escribir en éste momento de las causas de la interioridad, ni de las causas de la vida interior, (que solo vivido muy parcialmente) sino de los efectos de ambas, que tiene que ver más con el tema de hoy: el entusiasmo.

Según comprendo.
En principio, todos tenemos interioridad, más no todos vida interior, y es bueno no confundirse.
La interioridad en todos es evidente, y todos la experimentamos, basta estar unos segundos inactivos, sin nada ni nadie en quien pensar concretamente, sin ninguna ocupación, ni manual ni intelectual, sin estar conectado a nada, para que comience nuestra interioridad a manifestarse más claramente. En cuestiones de segundos, nuestro monólogo interior comienza a deambular por lugares conocidos y a veces recontra revividos, o cosas por vivir: que hicimos, que vamos a hacer, que mal estuvimos con tal o cual persona, o que bien estuvimos en ese momento!!!, ¡como le tapamos la boca al jefe! o como me la cerró!! que mal se comportó conmigo ese amigo que creía “mi amigo” etc. O empezamos a soñar... Ah!! soñar!! que lindo...! con un viaje, con un auto, con el asadito del domingo, con la gran final!! con una chica o con el “príncipe azul” etc.
El entusiasmo es una sensación maravillosa, es lo que nos hace sentir vivos. Pero sentirse vivo no es vivir, así como sentirse muerto no es estar muerto. La persona sin vida interior busca el entusiasmo como causa. Por eso busca sentir entusiasmo incansablemente a través de cosas externas, va detrás de la compra de un auto, cuando lo tiene y ya pasó el entusiasmos del chiche nuevo, va en busca de otro, o un viaje... Ah! Que bueno poder hacerlo!! Y como los preparativos suelen también ser relativamente largos, podrá mantener el entusiasmo por el tiempo que dure. O un nuevo televisor, más grande! Y después otro más grande! Y con más definición!! etc .etc.
El entusiasmo en la vida interior juega otro papel, no es buscado como causa, es más, ni siquiera es buscado, porque los intereses de la persona de vida interior van por otro lado. Y sin buscarlo, siente su efecto en todo lo que hace, porque lo que hace surge de su interior, que es la verdadera causa. Y en todo lo que emprende, sin exagerar, su espíritu interior lo mueve y las cosas exteriores pasan a tener otro valor, un buen valor, como todo el mundo, pero muy relativo.

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