11 noviembre 2010

ALMAS RETARDADAS

Para contemplar la realidad y no marearse, para mí es esencial mirar que pasa en los extremos.

La realidad la veo, metafóricamente, como millones de abanicos fantasmas que se atraviesan unos con otros, donde en los extremos de cada abanico encontramos el entendimiento y en los múltiples pliegues encontramos la comprensión.

Me animo a decir que veo cuatro extremos en el ser humano, en un extremo encuentro aquellas personas que han nacido con un coeficiente intelectual nulo o casi nulo, podríamos mirar entre estos a los que sufren algún tipo de deficiencia neurológica, pero que son de un alma exquisita, sensible y emotiva, cariñosa en extremo, capaces de dar la vida hasta desproporcionadamente por aquello que aman. En el segundo extremo veo a los de gran inteligencia, podemos encontrar entre estos a los que triunfan: políticos, artistas, científicos, filósofos, comerciantes, sacerdotes, militares.... pero que que no son capaces de mirar con el alma, son de alma retardada que se abren paso solo casi “inteligentemente”.
Después encuentro los otros dos extremos, los de gran inteligencia y alma fina, y afinada, trabajada!, son los que pueden llegar a triunfar socialmente pero con muchísimas más dificultades. Y por último veo a los de escasa o nula inteligencia pero también con alma retardada, son los que se abren paso bien a lo bruto.

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