23 septiembre 2010

REBELDIA 
 

Rebeldías de cartón.
 

Alguien contó alguna vez que en cierta ocasión un individuo trastornado rompió a mazazos la vidriera de un negocio y todos los objetos que en el se exhibían. La calle se llenó enseguida de gente, sumándose al espectáculo más y más curiosos. Fuera de si daba el personaje mil razones, a tal punto que cada uno tomó enseguida partida poniéndose a favor o en contra del sujeto en cuestión. Poco después, cuando aún perduraba la contienda, llegó al lugar un viejecito silencio con su pequeña caja de herramientas, sacó un pegamento de ella y con paciencia infinita se puso a componer los objetos y vidrios rotos. Terminó después de muchas horas, pero esta vez nadie se detuvo a mirar, a nadie le interesó éste espectáculo. 
Muchos jovenes me recuerdan al “ilustre”personaje de la masa, arman manifestaciones, protestan, expresan sus reclaman a gritos de destitución con deseos de encender la hoguera. ¿Llamar la atención es lo que buscan? ¿arreglar las cosas de verdad? 
 

¿Cuantos jovenes quedarían si se les diera un buen maestro albañil y materiales para arreglar el deterioro?  Mas de uno diría: el último que apague la luz! 

Sueño con una juventud vibrante, sin apatias ni violencias, con impaciencias si, pero pensantes, que no se dejen manipular por quines quieren usarlos calentandoles la cabeza, aprovechandose de sus nobles deseos de justicia.

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