09 septiembre 2010

JUZGAR

Según entiendo y observo:

Desde su aparición, la concepción “filosófica” liberal, ha usado hasta el cansancio las palabras “libertad, tolerancia e igualdad, como si fueran los únicos valores humanos.
Estos tres caballitos de batalla, bellos e indiscutibles, han sido utilizados -copiando la estrategia de los troyanos- para hacer que la “mente colectiva” piense y actúe según sus propios intereses económicos y de poder, y dominar a su antojo. No olvidemos que el liberalismo no tiene verdadera ética porque aplica la “moral” de lo útil y conveniente.

El convencimiento de no juzgar al otro, y de ser tolerantes con las formas de pensar y ser de los demás, y lograr ponerlo en practica, es un bien que no tiene contra. Sin embargo, por una deformación de interpretación como se ha hecho, es en la práctica, una causa importante de los males actuales. Por esto hoy, me parece que poco entendemos que quiere decir o como aplicarlo.

Primeramente creo que es imposible no juzgar, íntimamente lo juzgamos todo. Los juicios de valor son tan inmediatos y naturales que no podemos evitarlos, vemos mal o bien lo que el otro hace o deja de hacer, dice o no dice, otra cosa distinta es si ese mal que vemos es objetivamente un mal. Lo mismo ocurre con la mirada sobre nosotros mismos, auque en éste caso somos mucho mas complacientes.

Como interpreto yo juzgar y no juzgar?

No juzgar significa no dar un juicio sin necesidad, sin conocimiento de causa, sin sopesar las circunstancias, no condenar gratuita y superficialmente porque se nos da la gana, por
molestia personal o carga emocional. No juzgar a la persona, mucho menos condenar sino no somos quien cumple esa función social. Y en lo cotidiano, no juzga significa salvar siempre a la persona, no ser duro en el juicio sobre ellas, significa comprender, ponerse en el lugar y circunstancias del otro, aun condenado las malas ideas, opiniones y malas conductas. Limitada a aquellas “malas ideas” y “malas conductas” que perjudican objetivamente a terceros y al bien común, no aquellas que molestan a los que mal se conducen.
Ni aquellas que cada uno elije arbitradamente según su visión particular.

Cuando la tolerancia y el no juzgar al otro nos lleva a que todo nos de igual, que sea lo mismo una conducta que otra, una opinión que otra. Que todo tenga el mismo peso, que todo sea igual, por una mal entendida igualdad, algo muy feo esta pasando.

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