30 marzo 2010

SINTOMAS

Según entiendo y observo:

Lo primero que se necesita para salvar una vida de una enfermedad que amenaza ser grave es alertar lo antes posible, (ante las primeras manifestaciones) para atacar el problema cuanto antes. Lo más grave en estos casos, es cuando el enfermo no reconoce el problema por no “ver” la proyección de los síntomas. Y lo que es peor aún, cuando juzga de exagerado a quien hace la evaluación.

Claro que, habría que conocer a quien habla, para fiarnos de el. Si es negativa la realidad o es negativa la persona. Si tiene fundamentos racionales o es de los que se dejan llevar por el ánimo del momento.

El mal del mundo, para mí, no está en el cuerpo mundial, materialmente nuestro cuerpo goza de buena salud, estamos en general bastante bien,
por lo menos contamos con lo necesario. Salvo los marginados y excluidos, pero tienen poca importancia (perdón por la ironía).

Pero, lo que hace verdaderamente grave la situación mundial es el espíritu del mundo, está muy mal, sufre de graves alteraciones psicológicas, incluso psiquiatritas. Claro, en éste mundo a los que más se les nota y de los que uno más habla, es de los marginados, porque algunos amenazan nuestra seguridad próxima. Pero, los que están en la cúspide del poder tienen también lo suyo, y p0r tener más poder más peligrosos, aunque por cierto más camuflada, por haber tenido una educación más fina comparada a la falta de educación de los marginados, que se criaron a lo bruto.

Reconozco que a veces dudo si seguir haciendo critica a nuestra cultura, (subcultura, incultura, anticultura), porque mucho insisten algunas personas, amigas y no amigas, que no es conveniente hablar de cosas negativas, porque hay que ser optimistas, (como si el reconocimiento de una enfermedad fuera pesimismo y consistiera el optimismo en la simplificación de decir “estamos bien” “estamos bien” ).

Es real que si hablamos mucho de lo que está mal le damos un espacio y promoción que no le corresponde, que la mejor forma de matar el mal es haciendo el bien. Sin prestarle tanta atención. Y que si habamos solo de lo que esta mal vamos dejando la impresión que todo esta mal, y cuando no vemos el bien no nos sentimos estimulados en positivo. Pero, tampoco podemos ser tan tonos de no alertar sobre un mal que es grave o amenaza ser grave y no hablar sobre las causas o sobre quienes lo propagan, o suavizar sus efectos como cuando en lugar de decir que hay gente mala en el mundo decimos “no siempre la gente es buena”. Suavizar la verdad u ocultar parte de la realidad -por más negativa que sea- también es una forma de mentirnos, y me parece a mí que así no lograremos nunca pasar del negativismo o del exitismo.

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