01 marzo 2010

REALIDAD

La realidad tiene tantos componentes que una mente tan limitada como la humana es imposible abarcar. Inclusive, al juzgar un sólo aspecto siempre dejamos inevitablemente afuera muchos datos que variarían sutil o ampliamente nuestro concepto. Es por esto, que creo que nos manejamos comúnmente con más prejuicios que juicios. Esto no quita que podamos penetrar y comprender de forma bastante acertadamente la realidad.

Dentro de la amplia realidad encontramos la realidad social, en éste post me gustaría mostrar según mí visión, que nos pasa socialmente a los humanos de éste siglo.
Como siempre para comprender el hoy, hay que remontarse al pasado, “la historia” gran escuela.
Existen en la actualidad una mentalidad liberal con dos corrientes opuestas, de un lado los llamados de derecha y por el otro los de izquierda.
Todo el quehacer cultural gira al rededor de estas dos mentalidades, nada parece haber fuera de estas.
Estas mentalidades -formas de concebir la vida- son dos enemigas que conviven gracias a un pacto inconfesado que se dio naturalmente después de la guerra fría, Algo perecido al pacto de Yalta, pero no territorial. el reparto del mundo de la siguiente manera:
El liberalismo de derecha se quedó con el cuerpo social, y la gente de izquierda, con el espíritu de lo social. El liberalismo de izquierda copó fundamentalmente las universidades, semillero de la intelectualidad del mundo. El liberalismo de gente de derecha copó los mercados económicos. Y el pacto fue el de no interferir en sus áreas de influencia. (aunque como se traicionaron antes ninguno de los dos respetó fielmente el área de su adversario)

La educación en manos del liberalismo de gente de izquierda, fomentó un desprecio sistemático a la cultura del mundo hasta ese momento, porque creían e incluso creen que es era cultura de elite, con la idea de sustituirla por una cultura popular. Acuñaron un slogan sin ninguna duda muy bueno y seductor: CULTURA PARA TODOS! Pero, así como hecha la ley hecha la trampa, éste eslogan escondía una trampita, no se a propósito o a sabiendas, porque puede ser por pura superficialidad, aunque no creo, (no creo que sea por “pura”).
Para lograr una cultura para todos se sostuvo y fundamentó -eso hacen siempre los intelectuales- que todo lo de “elite” era impopular, por el solo hecho que accedían los menos, y todo lo popular era lo vulgar, por ser cultura de mayorías.
Y la cultura mal llamada “popular”, ganó las universidades, la educación en general, los medios de comunicación y la calle.

¿como nos encontramos hoy?

La cultura “popular” entendida así pasó a ser “cultura vulgar”. Y dejó de ser esencialmente cultura, para ser subcultura o incultura, porque en definitiva, no educó al “soberano” que es el pueblo, sino que lo abandonó a su suerte.
Una cultura que se limita a “mostrar la realidad”, que no trata de enseñar porque deja libre a cada uno de “malas” influencias, para que cada uno saque sus propias conclusiones, porque dicen –demagógicamente-que somos todos gente adulta. Una “cultura” que solo muestran una realidad, la mal llamada “popular”, mostrando opiniones vulgares, anécdotas vulgares, noticias vulgares, reportajes vulgares, groseros, desubicados, hechos y contestados por personajes mediáticos vulgares, con estatura humana baja, y más que baja, prostituidas, corrompidas, que no estimulan a nadie a mejorar sino todo lo contrario, sentirse “buena”en comparación.
Una “cultura” que simula ser tolerante con todas las ideas, ocultando las de “elite”, una “cultura” que no permite una critica, así de tolerantes son.
Una cultura que desprecia todo lo que no venga empapado de vulgaridad, y que caen con todo el peso de su propia e inmunda ley, seudo popular, para destruir a quien ose criticar, considerándolo un despreciable representante de las elites antipopulares.

Contrapunto

Pero como tanto el mal como el bien no viene de un solo lado, es justo no omitir que también desde las culturas de elite se despreció bastante al pueblo, el que siempre paga el pato.

Síntesis

Por eso, no se trata de cultura de elite o cultura popular, se trata de cultura verdadera y de un  compromiso real con la verdad en la cultura y por el pueblo.
 Real desprecio al pueblo es mantenerlo en la ignorancia entreteniéndolo con vulgaridades groseras, para que vivan orgullosos de lo que debería dar vergüenza.

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