15 enero 2010

DESPERSONALIZACION

Es un hecho de comprobación histórica, que los hombres fuera de serie son los que han marcado a la humanidad el rumbo a seguir. Muchos se han destacado del resto porque han sido, aparte de talentosos en lo suyo, talentosos en el arte del autobombo. Cosa que si es con buenas intenciones y buen criterio, bienvenido.
Pero el perjuicio fundamental para la humanidad es la de aquellos que sin talento en nada, usan si, del autobombo para ganarse -o robarse- la vida. Robando la vida del otro.  Por esto, no necesariamente, un fuera de serie es un hombre de honor.
Las ansias de ser diferentes que todos llevamos dentro,  de conquistar la atención de todos, ser reconocido del resto y salir del anonimato contradice la idea de que todos somos iguales, porque no lo somos, y eso de ser “como el resto” nos molesta.  Lo peor cuando buscamos destacarnos hacer en estupideces en lugar de cosas serias y profundas.

No todo esta al alcance de todos, y unos llegamos a algunas cosas, bien limitadas por cierto, y otros a otras.  Por eso, en éste sentido, todos somos iguales, no hay un ser mejor que el otro, tan solo somos mejores en algunas facetas y peores en otras. Cuando nuestra vida esta sostenida por falsedades, mentiras o simples errores por superficialidad, la consecuencia intima -por mas que mostremos nuestra mejor cara – es siempre de infelicidad.  A toda causa le sigue su efecto correspondiente y no hay excepción en esto.

Solo hay una cosa al alcance de de todos, amar de verdad y dejarnos de probar con recetas de conveniencia.

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