19 enero 2010

ALIENACION

Según entiendo y observo:

El hombre alineado es una especie de ser “domesticado”. Dejo constancia que, aunque esa palabra es muy gráfica, siento cierto rechazo en usarla para referirme a los seres humanos, prefiero usar el término para cuando hablo de animales.

Es posible -y de hecho ocurre- realizar un daño permanente en la psicología de una persona y convertirlo en un alienado. Pero “permanente” no significa para mí lo mismo que “eterno”. Un ser alienado puede salir de su alienación - aunque con mucho esfuerzo y luz especial- y comenzar a abrir los ojos.

El problema que, cuando una persona llega a la alienación ya no esta dispuesta a pasar la barrera de sus prejuicios. Se dice a si mismo: yo pienso así y no voy a cambiar.
Es determínate y absoluto. Es una persona que le falta la capacidad-porque no la adquirió o la perdió- de analizar serenamente las cosas de la vida. Porque ve las “cosas” por separado, de la vida y entre ellas. Es un impaciente que no llega a reunir ni relacionar nunca todas las pruebas posibles, por eso no ve conexión entre ellas. Ni analiza la calidad de los testimonios ni testigos- porque prefiere quedarse con su propias ideas, preestablecidas por el mismo claro.

Sus conocimientos están como en compartimentos estancos, colocados cada uno en su cajita, quizás perfectamente ordenadas, pero sin conexión entre ellas, porque cuando abre una cierra la otra. Cuando algo le llega a su cerebro busca instintivamente en que cajita se ubica, y si no entra la rechaza, no admite modificación.
La cabeza del no alienado es muy diferente, su análisis es más sereno, no deja que el apasionamiento lo perturbe, y no se deja llevar por las primeras impresiones, sabe esperar, no da su veredicto hasta tanto no reúna todo el material, incluso se sabe “limitado” por eso deja abierta la puerta en espera de un nuevo dato que pueda corregir alguna imprecisión. Esta atento fundamentalmente, a aquellas ideas que se oponen a las suyas, que ponen obstáculos a su libertad de pensamiento, y no las pasa por arriba como un rudimentario o prehistórico pasaría por la vida.

Cunado un alienado ve o escucha lo que no le gusta, no se detiene a considerar porque, o si no habrá algo o mucho de verdad, lo acepta o rechaza. Es un ser extremo, que se cree autosuficiente y es absolutamente prejuicioso.

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