29 octubre 2009

DESMISTIFICAR

No recuerdo que alguien me haya preguntado alguna vez: ¿como me vez? En referencia a su personalidad. Si lo han hecho algunos de casa en ocasión de un casamiento o fiesta importante donde se estrena vestido, peinado o traje nuevo.
En relación a nuestro modo de ser,  pregunto: ¿porque no usamos éste recurso para conocernos un poco mejor a nosotros mismos? ¿Creemos acaso que nos basta con hacer nuestra propia introspección?

Me da la impresión que casi sin pensarlo, creemos que los demás nos ven como nos vemos. Y observo que pocas veces se da esta coincidencia. Ante nuestra propia realidad, tenemos nuestra propia visión, y nos hacemos nuestra propia imagen.
Si preguntáramos a otro ¿como me vez? ya tendríamos por lo menos otra visión de nosotros mismos, ya que nos ve desde una perspectiva distinta a la nuestra, no quiero decir contraía por el solo hecho de estar parado en forma inversa a nosotros. Pero la realidades es siempre tienen otra visón que la que nosotros tenemos, y por consecuencia, otra imagen. Dos imagenes distintas de una misma realidad. ¿Cual es la verdadera?
¿Y si le preguntamos a un tercero? Seguramente, si vamos sumando imagenes, encontraremos entre unas y otras, líneas que se tocan y otras paralelas.

Constantemente se plantea la trascendental pregunta: ¿que es la verdad?
(tengo que admitir que me causa un poco de gracia cuando quien la hace descree de ella, porque me da la impresión que lo que busca no es saber, sino enmarañar al que si cree en ella, porque es una pregunta que abarca tantos aspectos que es imposible contestarla en una sola respuesta. Mejor dicho, es posible, pero dar una respuesta categórica, abriría tantos interrogantes como aspectos abarca, y crea comúnmente mas motivos de división que de unión.)

Sobre que es la verdad no voy a decir nada, prefiero poner el acento en su capacidad de contener: porque es inabarcable. ¿no podemos con nuestra propia realidad vamos a abarcar la verdad? Lo que no significa esto que no exista, o que no podamos por pasos sucesivos penetrar en ella.

Nos ayudaría pensar que, así como consideramos que hay otra realidad de la que ven nuestros ojos, que es la que ve el otro. También podemos deducir una realidad que no vemos ninguno de los dos, que es la realidad de un Dios, viéndose a si mismo y viéndonos a nosotros.
Aquellos que creemos en Dios, cualquiera sea la imagen de Dos que tengamos, creemos que solo él puede abarcar la verdad, porque es el único ser superior a la verdad misma, todos los que estamos debajo de ella, porque somos “limitados” jamás podremos abarcarla mientras estemos sujetos a la limitación de la materia.  Porque nuestra naturaleza, compuesta de espíritu y carne, superiores a los simples animales por la perfección del espíritu, pero limitados como ellos por la imperfección de la carne, hace que toda nuestra visión éste sujeta a error, que nos puede llevar a horrores descomunales.

Considerar esto a mí me empequeñece, mejor dicho me “ubica” cuando me siento “agrandado”. Cuando pienso en esto y me veo a mí mismo, hablando con tanta seguridad, me avergüenza.

No hay comentarios.: